martes, enero 29, 2008

I sing the body electric

Qué bien nos lo hemos pasado en Barcelona. Al final fuimos: Ana M, Adrián, Henar, los Pablos, Guille, Alber y yo desde Madrid. Sergi nos dijo que no sabíamos hacer nada solos. Y tiene toda la razón, es que nosotros seguimos el lema de la bola de cristal: solo no puedes, con amigos sí. Todo esto tenía unos mensajes subliminales marxistas que Lolo Rico aprendió en la facultad. El jueves llegamos Henar y yo a casa de Miguel y Marina. Estuvimos perreando en Montgat y nos fuimos a casa de Pat a cenar unos manjares: pimientos del piquillo rellenos de morcilla, humus de alubias y pizzas de casa tarradellas. El viernes, seguimos de perreo en Montgat y por la noche bajamos a Barcelona a recibir al resto de la panda. También aprovechamos para quedar con nuestros demás amigos que viven allí: Marc, Dani y Elena. Fuimos al Razz, que siempre es igual. Yo me lo paso bien, pero es igual siempre.




El sábado quedamos todos en la playa para comer. Miguel nos preparó un arroz con todo. Estuvimos como tres horas en la playa haciendo el mono sin parar: Ana hizo el pino puente con gafas de sol y con un piti en la boca y nada se le movió de su sitio. Luego jugamos al escondite inglés (butifarra del pagés en catalán) y al pañuelo. Nunca he visto tanta cámara de fotos funcionando a la vez en mi vida. Por la noche fuimos a cenar a un karaoke, y la gente estaba en plan: qué resaca hoy nos retiramos pronto, bla, bla, bla. Al final el karaoke nos despertó con canciones de Paco Pil, el Dúo Dinámico y R.E.M.



Había 3 mesas en la parte del karaoke: la mesa 3 éramos nosotros. La mesa 2 estaba compuesta por unas que nos dijeron (a través del micrófono, para que se enterara todo el mundo) que las habían rechazado en OT por ser demasiado buenas. La mesa 2 no cantaron ni una canción y no paraban de entrar y salir del baño, por decirlo de alguna manera. Nos miraban mal y nos exigían que si la canción les gustaba no la cantásemos mal, qué presión (sobre todo cuando Adrián y Dani se arrancaron por Monica Naranjo) Eran de Cornellá y sufrimos por nuestra integridad física, no estaban acostumbrados a ver gente pasárselo bien en un karaoke CANTANDO. Henar les preguntó que por qué no cantaban y le dijeron que les daba verguenza. El caso es que el restaurante tenía un parte de arriba VACÍA que sólo era restaurante. Vamos, que fueron a incordiar. Las japos del jaraoke más majas que las pesetas. Nos invitaron a una botella de vino picado y a muchas cocacolas. Las copas y la cena corrieron por nuestra cuenta. Yo canté: resistiré del Dúo Dinámico (con Ana), Sorpresa, Sorpresa (Bakala Remix) de Isabel Gemio (con Henar) y Losing my religion de R.E.M. (con Marina) La de Johnny Techno Ska la cantamos entre todos. Paco Pil, por cierto, sigue vivo y en Miamim, preparando un world tour o no sé qué, lo dice en este video:



Y esta es Ana haciendo una versión en plan Lydia Lunch de una canción del karaoke con Henar y Guille haciendo coros (se puede ver a los bakalas de fondo):



Después nos teletransportamos al Moog, un sitio con dos partes: una grande y technócrata y otra pequeña y divertida. En la grande no se puede fumar. En la pequeña sí. En la grande hay barra, en la pequeña NO. En fin... que nos lo pasamos tambi´ne GENIAL y a la salida nos comimos unas samosas que eran, básicamente, comino rebozado. Cuatro chuches y a la cama.



El domingo otra vez perreo y fideúa con TODO (butifarra, nata, huevo, pimientos rojos) y por la tarde acompañamos a Guille al tren y nos fuimos a casa de Marc y a dar una vuelta nocturna. Es increíble que en Barcelona no hay NADA abierto en domingo, ni siquiera la FNAC. Solo las tiendas de la estación de Sants (y las del aeropuerto) Cenamos en la Rambla del Raval y llegmoas a la conclusión nada novedosa de que en los sitios más chic son en los que peor te tratan. Sin ir más lejos, cuando pedí la cena en este sitio, la camarera (que era la viva imagen de MIREIA DE LA VEGA MARSO, la azafata de altos vuelos, aunque MIREIA no tenga imagen) me contestó: YA. Y puso cara de indiferencia. La verdad es que cenamos de perlas y por un precio más que razonable.

Qué pena me da haberme ido, quiero estar en esa playa a 20 minutos de Barna toda la vida, perreando con mis amigos, bebiendo Xibecas, jugando a Ray-Man, escuchando música y abrazando a Arga, la perra de Marina. Estamos tan emocionados que hemos hablado de organizar otra visita en breve. A mí me apetece mucho, que me ha gustado ver a todos los barceloneses juntos.

Y para acabar, una noticia que cuando se confirme del todo nos hará a todos muy felices: ¡¡¡es probable que Santi venga de vacaciones a Madrid en abril!!! ¡Qué ganas, pardiez!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

que envidia de viaje, os pusisteis finos y tuvisteis vuestro particular Enero en la Playa.

Ese japokaraoke me ha dejado maravillado.

Anónimo dijo...

Simplemente genial... a veces lo breve no es dos veces bueno cojona!