La quinta temporada de Lost ha terminado y ahora nos toca esperar unos cuantos meses para, por fin, asistir al desenlace de la última serie de culto que ha habido (¿Cuál será la próxima? ¿Tardará mucho en llegar?) Si algo ha demostrado esta quinta temporada es que Lost no es una engañifa ni una tontería. Si sus detractores la vieran, sabrían que nada ha sido dejado al azar, que todo se resuelve tarde o temprano y que hay una trama que recorre todo lo que ocurre que es sencillamente apasionante. Las relaciones paterno-filiales (tema central de casi todo lo que pasa en la serie), las segundas oportunidades, el destino... todo ensamblado en una cáscara de forma perfecta, donde el pasado, el presente y el futuro se mezclan para explicarlo todo, para comprender cada decisión de los personajes. El mito, el rito y la pasión generados alerdedor de Lost no son consecuencia de acciones de márketing, sino de la calidad de la propia serie, que no deja de sorprender. Me encantaría hacer unos cuantos spoilers, pero no voy a ser tan cabrón.
Al final esta semana ni Vistillas ni nada. El lunes me desperté con una molestia terrible en los oídos. Aun así fui a trabajar, mi umbral del dolor no conoce límites. A eso de las once de la mañana no oía nada, me encontraba fatal y la molestia se había convertido en un dolor constante e intenso. Salí como pude de la oficina y, tras un via crucis de autobuses, llegué al centro de salud de Majadahonda hecho un guiñapo. Al final, otitis en los dos oídos, 8 días de antibióticos y reposo. ¡Qué rollo! El martes lo pasé en casa a base de ibuprofenos, pero el miércoles ya me veía con energías y retomé mi vida normal. Bueno, más o menos, que a clase no fui, porque cada vez que salía a la calle me entraban sudores fríos y ganas de té con miel y manta. Bah, pero con mi rollo optimista de los últimos tiempos me dije a mí mismo que mejor ahora que no la semana del Primavera Sound, que no puedo creer que esté ya aquí. La entrada me la regalaron por mi cumple, en enero, así que la espera ha sido larguísima.
El miércoles hice un inciso en mi reclusión para quedar con Alber y Adrián. Hasta aquí puedo leer.
El sábado ya me encontraba mucho mejor y fui a casa de Ana, que le organizó una barbacoa sorpresa a Paula, que se nos va un año de voluntaria europea. Vaya sorpresón que se llevó al vernos a todos allí. Las sorpresas molan, pero el sorprendido siempre tarda en reaccionar y se pone nervioso y no sabe cómo actuar. Una sorpresa para todos los demás fueron lso carabineros gordos que trajeron Leti y Gerardo. Algunos se pusieron hasta las trancas. Yo me papeé uno, que el marisco me da toda la pereza. Allí pasamos la tarde, en la mega terraza de Ana en Majadahonda, viendo a la gente desde las alturas (un 4º piso, que es la máxima altura que se puede construir en mi ciudad dormitorio) Después me volví a casa, porque para no disfrutar las fiestas de Madrí como se merecen (y me merezco), pues paso.
¡Este viernes pinchamos! Y estrenamos nombres,
Yellow Snow +
Grupejos, algo complicado pero que nos gusta más. Como siempre, tocará dar la brasa por blogs, facebooks, lastfm y demás. La gran novedad es el debut de Henarrr a los platos, ella está encantada y nosotros más. A ver qué onda. El flyer nos lo ha hecho
Adolfo, muchas gracias.
El evento en facebook está
AQUI.----------------
Now playing:
Kitty, Daisy & Lewis - Mohair Samvia
FoxyTunes
1 comentario:
De nada. Me lo curré con unas fotos de Lisboa y, si hubiese tenido tiempo, hubiese preferido hacerlo a mano (un collage).
a va todo OK con tu mac? Yo he ido a recoger el mío a K-tuin, lo he encendido para comprobar que estaba bien reparado, ¡¡y no encendía ni la pantalla!! Se lo han vuelto a quedar (y van 3).
Publicar un comentario