Como en Ghost World, necesito un día punk. Un día en el que me desfase y pase de todo, pero sin teñirme el pelo ni vestirme como en el 79. El miércoles, por cierto, me corté el pelo aprovechando que me había quedado sopa y no me daba tiempo a llegar a clase. Y digo aprovechando porque llevaba tres semanas con la idea de cortarme el pelo, pero no había encontrado el momento y esto de llegar tarde a clase me vino como agua de mayo. También aproveché para visitar Cd Drome y comprarme dos vinilos: el último disco de CSS y un single de Helen Love. En realidad quiero comprarme el disco de Christina Rosenvinge, pero el vinilo ronda los 30 euros, que me parece una estafa manifiesta. Hasta pregunté al chico de Cd Drome si había alguna razón, y me dijo que la discográfica los vendía carísimos y que le habían añadido el mismo cargo que a cualquier otro disco, y que no entendía la razón de ese precio desorbitado. En cuanto cobre lo del concurso a lo mejor me doy la alegría, que es dinero inesperado.
El viernes me hice la ruta del bakalao a lo largo de todo el día: Majadahonda - Pozuelo - Majadahonda - Alcobendas - Pirámides - Majadahonda one more time. Y encima llegué tarde a todos los sitios a los que fui. Si sumo todo el tiempo que pasé en transporte público me daría para llegar a Barcelonn. Lo que me reconforta de todo esto es que aunque llegara tarde a todos lados (menos al trabajo), pude hacer todo lo que tenía que hacer: trabajar, comer en casa, bajar al perro, ir al casting para el programa en el que curra Marta (y para el que no me han cogido... no me han dicho que no, pero ya sé que no), hacer un trabajo para clase y cenar con mis amigos en Majadahonda. Es un gran logro para un patata como yo. Acabamos el día en casa de Santi cenando unas pizzas.
El día anterior intentamos entrar en la fiesta de Mondo Sonoro, pero fue imposible. Esperamos más de media hora de cola y, desesperados, nos fuimos a tomar unas cañas cagándonos en los conciertos gratis, en la emisión descontrolada de invitaciones. Hablamos de los Goya alrededor de una tapa de patatas all i oli y nos fuimos a casa.
El sábado me desperté prontísimo, a las 9:30, y muy descansado. Dediqué la mañana a disfrutar de no hacer nada desde mi sofá. El día anterior Marta se meaba de risa porque le dije que necesitaba estar por lo menos cinco horas tirado en el sofá mirando al infinito sin hacer nada. Al final fue más o menos eso, pero cambiando el infinito por Kath & Kim, la serie de Molly Shannon y Selma Blair. Cuando terminé de comer me volví a dormir y cuando desperté solo me dio tiempo a ducharme, prepararme algo rápido de cena, grabar un par de cds para la pinchada en El Labo y pirarme con Santi a casa de Sara, que celebraba su cumple... no fue el único cumple al que asistí esa noche. Nos perdimos por Embajadores por cortesía de mi distorsionado sentido de la orientación. Llegamos tardísimo. Cuando Sara (que iba disfrazada de Courtney Love) abrió sus regalos, le di un par de besos, le deseé feliz cumpleaños, di las buenas noche y corrí hacia El Labo, donde pinché durante un ratejo invitado por la Hermanas McKenzie. Cómo me lo paso poniendo música, como un puto enano. Bailé, me tomé dos Jaggermeister (obligatorio si en el garito tienen), le di unos besos a las McKenzies y me cogí un taxi a la Casa de Palencia. Isa celebraba allí su cumple, una fiesta temática a la que había que ir disfrazado de una parada de metro. Antes de salir del Labo me escribí en unos folios una lista de la compra, y al llegar a la fiesta me las pegué con unos imperdibles y voilá: próxima estación, LISTA. Nadie iba de lista, con lo simple que era. Mínimo esfuerzo, máximo rendimiento. Optimización de recursos. La fiesta genial, como los disfraces: Cruz del Rayo, Canillas, Puerta del Angel, San Bernardo, Barajas, Bambú, Banco de España... mucho juego da este dresscode, oye. Acabamos tardísimo poniendo grunge (con Isa siempre se acaba con el grunge) y estaba tan cansado cuando salimos que me di un caprichito y me cogí otro taxi hasta casa. Antes siempre había que preguntar y rogar que te llevaran a Majadahonda (sobre todo si no estabas en Moncloa), pero ahora, con el mundo crisis, te llevan donde haga falta. Su buen dinerito majariego se llevó.
El domingo estaba para el arrastre y lo dediqué a ver un par de pelos de los oscars, The Wrestler y La Duda, ambas buenísimas.
El lunes salimos en Madrid Directo. Como hemos ganado el concurso L.E.A., nos llamaron para hacernos un reportajillo, que por problemas de timing lo tuvimos que hacer en directo. Qué verguenza me dan las cámaras, es algo superior a mí. Menos mal que Nicole vino conmigo. Todavía no he visto la entrevista, pero al final Nicole acabó haciendo referencias a El Tigre.
Ultimamente estoy mucho más activo que de costumbre. Y poco a poco me doy cuenta de eso que dicen: que las cosas no llegan porque sí, hay que buscarlas, o por lo menos ponerte en su camino. Cuando era un parásito en casa no hacía más que autolamentarme de lo pringado que era y de la mala suerte que tenía. Ahora que no paro ni un minuto empiezan a salirme cada vez más cosas interesantes, que a veces llegan a buen puerto y otras no, pero que a diferencia de hace un tiempo, no me da nada de pereza. Hace 6 meses habría pasado de la mitad de propuestas/opotunidades/actividades que estoy haciendo ahora. Irme hasta La Granja a hacer un cásting para un programa de la TV nacional me habría parecido lo menos, desplazarse tan lejos para algo que no va a salir me tiraría pa trás. Mi plan sería, probablemente, ver un capítulo de 30 Rock. Ni que decir tiene que a pesar de los agobios, que no tengo tiempo para echarme una siestecilla y que no veo a mis amigos tanto como me gustaría, estoy más feliz que una perdiz, y que prefiero mil veces mi vida actual que la de hace medio año. Ahora me falta desengrasar mi mente, y eso lo estoy intentando mediante el cine (que tenía un poco abandonado por la adicción a las series) y la lectura. Esta semana me he terminado The Gum Thief, el último libro de Douglas Coupland. Cada vez que me leo un libro de este tipo me hago más fan. Tengo de él para leer Girlfriend in a coma y Shampoo Plantet, pero he decidido cambiar de autor americano moderno por un tiempo y me he empezado The Rules of Atraction, de Brett Easton Ellis.
Es tarde, tengo sueño y mañana madrugo. Así que adiós muy buenas.
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Javiera Mena - Al siguiente nivelvia
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1 comentario:
me encanta tu positivisimo! bien!
yo sigo pensando que un vinilo de christina nunca va a revalorizarse
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